La detección temprana del cáncer es clave para garantizar un mejor resultado de la terapia del cáncer de los pacientes. En general, el primer indicio de padecer un proceso oncológico se debe a la manifestación de síntomas, tales como; sangrado, bultos o heridas que no cicatrizan, entre otros, más que al resultado de pruebas proactivas.
Dado que estos síntomas a veces son ignorados o relacionados con otras patologías de manera errónea, a muchos pacientes se les diagnostica cáncer solo en una etapa más avanzada, esto dificulta el tratamiento y la recuperación del paciente.
La metástasis durante un proceso oncológico causa el 90% de las muertes por cáncer en comparación con las muertes por un proceso tumoral primario. Por lo tanto, es fundamental saber lo antes posible sobre la presencia o propagación del cáncer.
En pacientes que han sido detectados con un tumor canceroso, el
análisis de OncoCell® se puede utilizar para monitoreo y/o biomarcadores oncológicos .
Además, el monitoreo continuo del estado del paciente con cáncer se puede realizar cada 3 a 4 meses, asegurando que cualquier reacaída se detecte lo antes posible con el objetivo de buscar o seleccionar el tratamiento más adecuado para el paciente; una prueba periódica garantiza la tranquilidad ya que la detección temprana es la mejor opción.
OncoCell puede detectar actividad oncológica más rápido que las pruebas tradicionales.